BATMAN - AÑO 100
Editorial: DC Comics
Fecha de Publicación: 2006
Guionista: Paul Pope
Dibujante: Paul Pope
Colorista: Jose Villarrubia
Reseña: Ñoño Cool
Estamos en el año 2039 donde el gobierno controla la sociedad en la manera en como las dictaduras distópicas de la ciencia ficción lo hacen, con mano dura, saña y vigilancia policial exagerada. Estamos ante un mundo en el que la necesidad por protección se comió la libertad individual que ahora es un recuerdo, y los federales manejan absolutamente todo aspecto de las vidas de la gente tras sus escritorios dando paso a un mundo oscuro y desesperanzador. Y aún así el crimen se esparce como un cáncer tanto en las calles como dentro de las mismas organizaciones que se preocupan de detenerlo.
Es un futuro muy parecido a los que Orwell y Bradbury nos plantean en sus novelas, solo que aquí existe Batman... o lo que se suponga que es este vigilante fuera de las garras de la ley. Es el único “superhéroe” que existe aquí, aunque nadie quiere dar certeza de su presencia, y muchos solo lo ven como una mentira que la gente cuenta, Batman no es más que una leyenda de hace muchas décadas en el pasado, pues es imposible que el gobierno no pueda controlar a alguien.
El problema será cuando uno de los federales sea víctima de un asesinato y el sospechoso principal es este misterioso Batman, y el nieto de James Gordon será quien esté a cargo de capturarlo, mientras el murciélago buscará junto a su equipo al verdadero culpable y explorar que tan profunda corren las raíces de la corrupción gubernamental en su sociedad. Por lo que en este comic Batman no lucha contra ningún supervillano o villano siquiera, sino que contra todo un sistema de gobierno y las clases opresoras de este futuro distópico.
La obra está a cargo de Paul Pope, un autor de comics que si bien está más relacionado con las ramas “indies” de la industria con trabajos como THB 100% y Heavy Liquid, ha trabajado antes en Batman y se ha llevado un Eisner incluso con “el compañero adolescente del héroe”. Así que podríamos decir que nuestra cabeza pensante tiene el “pedigree” necesario para la tarea en frente… y vaya que cumplió. O al menos eso dicen la gente que estuvieron a cargo de los Eisner el año 2006 donde le dieron 2 de estos premios por mejor serie limitada y por mejor guionista/artista, sumando 3 en total en su curriculum por este Elseworld.
Nuestra historia comienza de lleno en medio de la acción, donde las autoridades frenéticamente se lanzan en persecución de Batman, y todo esta cargadísimo de tensión que solo crece a cada momento, básicamente por lo que transmite el dibujo de Pope que es el verdadero protagonista de todo el tebeo.
Paul Pope es alguien que dibuja feo, horrendamente feo, asquerosamente feo… pero a propósito y con un estilo único que hace que esta aproximación antiestética se torne en algo sinceramente chocante y atrapante que no te permite soltar las páginas de esta obra. Es por eso que es todo un logro, digo normalmente el arte tiene que ser lo más cuidado posible para que el lector conecte, pero cuando lo logra haciendo todo lo contrario es porque es un hombre de talento de quien estamos hablando.
Esto porque Paul fue dibujante de manga en Japón y tiene experiencia con los diseños y trazos franco-belgas así como lo que se hace en el comicbook superheróico norteamericano, y en este tebeo juega a ser un desquiciado Doctor Frankestein quien con partes de los 3 estilos arma un solo cuerpo amenazando con desarmarse en cualquier momento. Tienes la intensidad cinética y planos de acción del manga luchando por destruir los delicados y formales trazos europeos y ambos solo quieren reventar el panelado americano, sus líneas a la Jack Kirby y el trabajo en cuanto a proporciones corporales, dando vida a algo feo con F de foca, y monstruoso con M de Moe de los Simpsons… en especial en los rostros.
Todo lo que hace está lleno de potencia y agresividad, y un cuerpo que casi puede ser palpable, es chocantemente diferente, pero no te va a dejar indiferente. Digo, la primera vez que vi a su Batman pensé que sería un anciano que habría recibido una paliza de un boxeador por 3 horas luego de haberse inyectado botox en un establo por un doctor clandestino bajo el efecto de las drogas y luego mordido por un perro con rabia, pero esa debió ser la intención, que te seduzca a través de lo anti-estético y agreste de su suciedad.
Aunque no lo logra a la primera, o al menos no conmigo, pues me tomó un poco realmente tomar este comic tan elegante como grotesco y darle una oportunidad. Digo, muchos lo verán y dirán “¿qué diablos es eso? ¿Mickey Rourke como Batman?, no pienso leerlo” pero pasando el shock, estarán ante un mundo visualmente diferente, muy individual y con una narrativa brillantemente opresiva.
Su estilo cinematográfico para contar la trama con esas viñetas rectangulares hace que todo vibre, y la tensión se pueda cortar con cuchillo, las páginas pasan volando, y puedes jurar que sientes las heridas, las gotas de sudor y todo el dolor que cada uno de los participantes en este mundo soporta.
Su estilo cinematográfico para contar la trama con esas viñetas rectangulares hace que todo vibre, y la tensión se pueda cortar con cuchillo, las páginas pasan volando, y puedes jurar que sientes las heridas, las gotas de sudor y todo el dolor que cada uno de los participantes en este mundo soporta. Hay técnicas visuales para poder seguir la historia como cámaras de seguridad que siguen al murciélago, holo-llamadas, persecuciones a alta velocidad, el juego de luz titilante y los tintes brutales de rojo, consiguen en conjunto un sabor a la Blade Runner mezclado con cine asiático.
El que los sucesos se sitúen en el año 2039 es para celebrar un anticipado centenario del personaje que Finger y Kane crearon en 1939 (si hasta un traje extremadamente similar al de la primera aparición tiene), y la historia en si tiene un buen toque de ciencia ficción como telépatas, tecnología avanzada y por supuesto la distopía, pero el tono es totalmente de thriller y género negro ya que tenemos misterios de asesinato, detectives, policías, un mundo nocturno, muchos secretos, persecuciones y más.
Año 100 tiene mucho del Año 1 de Batman creado por Frank Miller ya que recupera esa esencia de hombre fantasma misterioso y legendario, en el que nadie creía pero todos temían, y puede sangrar, sudar y cansarse, así como la visión Orweliana pues el Caballero Oscuro en este mundo nace como una contra en un mundo donde no existe la privacidad al ocultar su identidad bajo una máscara.
La premisa es prometedora, el tono hace que todo sea intrigante, el dibujo chocante te hace sumergirte en este mundo cada vez más y más, con un argumento muy fluido y entretenido, pero tiene un problema que no me deja disfrutarla a cabalidad, y es que el mundo que se construye así como sus personajes tienen un trato bastante ligero y que toma pocos riesgos; e incluso hay un montón de preguntas que se quedan en el aire y otras sub tramas dando vuelta. Todo lo que promete se queda corto y lo que más sientes al terminar de leer es que era algo con un potencial gigante que no lo explotó como debiese.
Cuando lo leí no quería que fuese un nuevo clásico ni mucho menos, pero para haber ganado dos Eisners (los Oscars de los comics) como que me esperaba algo más redondo. No es ni de broma un mal comic, lejos de eso, pero le faltó ese “punch” para evolucionar, es una flecha en llamas lanzada por un arquero profesional con toda su fuerza posible, pero termina por darle en la costilla al soldado objetivo en vez del cuello… morirá desangrado eventualmente, pero cuando tenías el talento y las armas para darle en la garganta y acabarlo sin más, podríamos decir que fue un tiro no del todo bien dado. Aún así creo que sigue siendo un recomendable del murciélago, si les gusta Blade Runner, las distopías, Batman año 1 y el dibujo poco ortodoxo este es una buenísima parada en la gran galería de obras dedicadas al encapotado oscuro de Gotham.
8/10
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