LAS CRÓNICAS DE WORMWOOD
Editorial: Avatar Press
Fecha de Publicación: 2006 - 2007 serie original, secuelas hasta el 2011
Guionista: Garth Ennis
Dibujante: Jacen Burrows
Reseña: Ñoño Cool
ADVERTENCIA: COMIC Y RESEÑA NO RECOMENDADA PARA CATÓLICOS, CRISTIANOS O RELIGIOSOS EN GENERAL, YA QUE PODRÍA HERIR MUCHAS SENSIBILIDADES AL RESPECTO.
Hay algo que siempre me ha llamado la atención de los tebeos, y es su capacidad de publicar material que otros medios como la radio, tv, películas, o lo que sea, no pueden hacer y salirse con la suya. No es siempre, pero hay ocasiones donde tocan temas seriamente adultos en todo sentido de la palabra, que despiertan la controversia y dan rienda suelta a un nivel de creatividad y estilo raramente visto en otros medios.
Desde cosas de calidad como The Killing Joke donde hay violencia y los horrendas situaciones que harían a más de una persona poner el grito en el cielo, pero solo como medios para entregar un potente mensaje psicológico que te hace repensar tu vida y ver al mundo de otra manera; a cosas pobremente estructuradas como Crossed (del mismo autor de el tebeo a reseñar) donde las violaciones a mujeres, hombres y niños, canibalismo, muertes brutales de infantes, y mucha violencia gratuita por el gusto de violencia gratuita y totalmente sin sentido está a la orden del día, a pesar de estar vacía de contenido.
Ambas comparten una característica en común, y es el exceso patentemente gráfico y los límites que se rompen al ser solo dibujos en papel. El tebeo puede poner en sus páginas cosas que otros medios como la TV soñarían con poder salirse con la suya, o que cuando lo hacen son en muchísima menor medida y cantidad que la frecuencia con la que el comic lo realiza.
Es gracias a esta suerte de libertad, que obras como Crónicas de Wormwood existen, golpeando de la manera más feroz y sin miramientos a los distintos tipos de fe. Es escrita por Garth Ennis, un hombre que sabe escribir sus personajes, diálogo, comedia negra y tramas con temas complejos pero con historias súper simples donde no hay prosa innecesaria; es simple pero no simplista, es fácil de seguir y rico en profundidad moral y ética; sus temas siempre son el mostrar cómo puedes ser la mejor clase de persona posible en un mundo lleno de imbéciles, o ir contra las reglas de la sociedad y establecer las propias.
Y siempre, pero siempre está acompañado de sexo y violencia gráficos, humor cargado a esos dos aspectos, lo miso el comentario social y religioso, siempre marcado por una plétora de ultraviolencia, y salvajadas sexuales; y más cosas por el estilo. A veces lo hace excelente balanceando sus ideas y conceptos junto con su marca gamberra como en Preacher donde explora la responsabilidad de Dios hacia el Hombre; y otras la sustancia se ven enterrada por el estilo y resulta en algo vano, vacío y que ruega por choquear como Crossed. Por suerte Crónicas de Wormwood es de la primera clase, y nos entrega una joya blasfema del noveno arte.
El personaje principal en este comentario religioso con mucha saña y más blasfemo imposible es Danny Wormwood, un magnate de la televisión por cable que hace programas de lo más transgresores y que siempre tienen a los censores y grupos de opinión pública tras su cuello. Es un inglés que se mudo a New York porque encontraba su país de origen demasiado aburrido y blando, relativamente joven, atractivo, con más dinero del que podría gastar en 10 vidas, tiene una novia llamada Maggie de la que está profundamente enamorado, pero tiene un impulso que no puede controlar aunque lo detesta, de acostarse con otras mujeres tras su espalda; su mascota es un conejo que habla… oh, y además sucede que es el Anti-Cristo.
Ahora, ¿qué hace a Danny diferente de todos los otros Anti-Cristos aparecidos en otras obras de ficción? Bueno, para empezar no tiene ningún apuro por empezar el Apocalipsis ya que lo encuentra estúpido, excesivo e innecesario y odia a su padre el Diablo (o Nick para sus amigos). Así que en vez de hacer que mujeres embarazadas sean atropelladas por triciclos o que sus niñeras se suiciden, prefiere no practicar su rol y solo ser normal… o lo más normal que pueda ser el hijo de Satanás.
Danny solo quiere una buena relación con su novia, seguir a la cabeza de su cadena de TV, tener sexo hardcore con Juana de Arco sin que su pareja lo sepa, y dejar que la humanidad haga lo que quiera; cosa que encabrona a su padre quien ya se está quedando corto de chantajes, amenazas y otros medios de forzarle a hacer la cosa para la que fue creado en primer lugar. Wormwood opta por hacer oídos sordos y simplemente tomar cerveza con Jay.
Él es su mejor amigo, pero no es solo un tipo con el que comparte tragos, sino que el mismísimo Jesús Cristo. De hecho, es el Jesús de la Segunda Venida, pero las cosas no le salieron demasiado bien en esa ocasión. El Mesías, quien reencarnó como un hombre rastafari de raza negra en USA (ya que este país lo queramos o no es la nueva Roma en cuanto a poder político, militar y cultural y los afroamericanos los oprimidos tipo judíos del lugar) que se negó a obedecer a su Padre ya que quería que regresase a la Tierra para volver a sufrir y morir por los pecados humanos, y eligió hacer una revolución social en vez de espiritual, luchando por los más desamparados.
Cuando fue esparciendo su mensaje por igualdad, la policía racista de Los Ángeles le dio un golpazo tan fuerte a su cráneo que lo dejó con un retraso que le hace tener la edad mental de un niño de 5 años. El Anti-Cristo cuida religiosamente de su amigo Jesucristo como una especie de hermano mayor dado su estado, y como ambos decidieron renunciar a los deberes impuestos por sus padres, solo dejan que el libre albedrío siga funcionando mientras beben en un bar.
Wormwood le tiene un respeto y aprecio gigantesco a su amigo, ya que asegura que fue Jay quien lo mantiene en la senda moral, y su mensaje el que lo ha salvado muchas veces. Danny se refiere a él con esta frase: “Diez mil iglesias distintas, y el legado de Jay es siempre el mismo: dolor y sacrificio. Lo que les importa es su muerte, no las cosas que dijo mientras estaba vivo. Maldita sea, ¿de veras creen que el dolor era la pasión de este tipo?”. Aparentemente el Anti-Cristo es el único hombre creyente en la Tierra que entiende y sigue el mensaje de Cristo.
Su alianza hace que Satán esté furioso, y se ve forzado a aliarse con Dios (quien es representado como un demente que se masturba eternamente) y su representante en la Tierra el Papa para forzarlos a cumplir sus roles. Este será tal vez el villano más importante de la saga, un australiano borracho, drogadicto, que se la pasa teniendo sexo orgiástico con monjas y monaguillos, deslenguado y siempre con un insulto a flor de piel, que prefiere que le llamen Papa Jacko o Papote, en la traducción en la que lo leí.
Para cerrar con los personajes importantes, tenemos a la mascota de Wormwood. Un conejo sarcástico, siempre excitado y rápido al insulto y la vulgaridad que está medio loco, que puede hablar ya que sin razón aparente Danny le dio esa capacidad y le dotó de la personalidad que presenta. Esta “tierna” mascota cuando está solo en casa graba a Danny y Maggie teniendo sexo y la sube a internet, se la pasa mirando porno de furries, soborna a conejas inocentes con zanahorias como si fueran prostitutas, y 24/7 inventa rumores y noticias falsas sobre Star Wars como que Chewbacca es gay, Joel Schumacher dirigiría la nueva Indiana Jones, y más cosas del estilo para que los fans se suiciden o al menos tengan un ataque de nervios.
El resto de los secundarios dando vuelta serían un muy rastrero Judas Iscariote, la Puta de Babilonia o “Babs”, la Bestia de siete cabezas del Apocalipsis o “Nigel”, Satanás, Dios, el sicario eunuco conocido como Hermano Uno, Juana de Arco, un Barman discriminador que recibe una horrenda lección de comportamiento, y un productor de tv aún más ácido y transgresor que Wormwood.
Con todos estos elementos Ennis se luce creando una novela gráfica muy inteligente, fácil de leer pero nada ligera, ácida, que critica no solo a la iglesia y la religión, sino que a muchos aspectos de la naturaleza humana, y que para un ateo tan vocal como el irlandés, defiende el mensaje de Jesús con todas sus fuerzas cada vez que puede. En cuanto a estructura, en solo sus cortos 6 números define y detalla las facciones supernaturales, cuáles son los riesgos y peligros, los roles de cada uno en la batalla, las motivaciones de los villanos, y luego como todo se resuelve.
El Cielo y el Infierno son presentados en un par de páginas, y hay más comentario religioso que no es negativo, ya que si bien Ennis insulta y transforma a la Iglesia Católica en una organización monstruosa, también presenta una visión del Cielo espectacular, donde para entrar no necesitas ser cristiano, o siquiera creer en Dios, pues entran budistas, ateos, musulmanes y más. Ganarse el Cielo no tiene que ver con qué o a quien veneras, sino que solamente ser una persona decente que no le haga daño a los demás mientras sigan vivos. Mientras te esfuerces por ser la mejor versión tuya posible, tienes chances de ganar la felicidad eterna… aunque esto es lo que yo pude sacar en claro, ya que Ennis no lo deja 100% claro y juega a la ambigüedad en este aspecto, ya que un musulmán asesino que estalló como bomba humana para matar mucha gente igual está dentro, pero más como una broma que otra cosa.
La gente que cae en el Infierno por su parte lo hace por dañar gente, como violar niños, matar, abusar de tu poderío físico y político, y más. Aunque claro… los mimos por el hecho de ser mimos caen a la condenación eterna, otra vez por una broma, pero que le agrega nuevamente ambigüedad a qué es lo que te termina condenando. Y nuevamente Ennis el ateo hardcore defiende a Jesús aquí al ponerlo a llorar porque sufre por cada alma que ha caído al Infierno y que él no pudo salvar, así como por la gente en la Tierra que caerá pronto aquí porque malinterpretaron su mensaje, sufriendo porque no pudo traer el Cielo a la Tierra y solo a los terrestres al Cielo.
Y alejado de teoría religiosa, el comic es ridículamente gracioso, pero es humor del más negro posible. Ennis es infame por crear personajes terriblemente desviados en su sexualidad, o deformados físicamente para sacar una risa, y esta serie está llena de eso. Desde el descarriado Papa Jacko y un conejo depravado, hasta el pobre barman que se burla del retraso mental que sufre Jesús, y Danny usa sus poderes para cambiar su nariz de lugar con su pene.
El dibujo de Jacen Burrows es increíble, tiene un sentido perfecto de detalle ambiental y diseño de personajes, dándole vida a la visión de Ennis del Cielo, Infierno y todo lo de en medio. Sus trazos son grotescos, violentos y casi salen de la página para entrar en tus venas y darte una enfermedad venérea. Burrows simplemente se luce… digo, muéstrenme a otro hombre que pueda dibujarle expresiones faciales a un conejo realista y no caricaturesco y les compraré un auto deportivo.
Por cierto, luego de los 6 números, tenemos un séptimo llamado “CRÓNICAS DE WORMWOOD: EL ÚLTIMO ENEMIGO”, que sinceramente no aporta demasiado, pues aunque cierra tramas abiertas crea un final demasiado feliz para lo que veníamos viendo que desentona con el espíritu del conjunto. Y lo peor es que el dibujante cambia y el estilo es demasiado insulso, casi improvisado sobre la marcha y apurado. Es bastante más estilo sobre sustancia también en cuanto a su contenido.
Es necesario leerlo si es que se quiere continuar con la segunda parte de nuestra historia llamada “CRÓNICAS DE WORMWOOD: LA BATALLA FINAL” que retoma el alto nivel de la primera parte, y si bien la historia no es tan atrapante como la original, presenta conceptos e ideas geniales. También se divide en 6 partes, y nos presenta a un Danny siendo un futuro padre y odiando la idea, y a Jesús recuperando su capacidad mental, regresando a ser el Mesías de siempre e intentando emprender su cruzada por transformar la Tierra en el Cielo, o lo más cercano a eso para darle sentido a la existencia de la Tierra en primer lugar, que no solo sea el lugar de paso antes de caer en la condenación o premiación eterna, sino que algo que valga la pena.
Ambos el Cristo y el Anti-Cristo se enfrentan al dilema de tener que revelar su existencia al mundo, ya sea por las buenas o las malas, y mientras Jay quiere hacerlo pero tiene miedo de lo que puede causar si lo hace mal, Danny simplemente está aterrado con la idea. Un antiguo enemigo regresa desde donde estaba encerrado para ponerles en ese problema y tendrán que unir fuerzas para combatirlo… cada uno a su manera.
En esta segunda parte Ennis es totalmente desvergonzado, desfachatado, irreverente y muy ácido, nos entrega el contenido políticamente incorrecto que acostumbra, y otra vez el sexo, la religión, y la vida en USA reciben una lluvia de palos. Nos deja ver el primer encuentro entre Danny y Jay, y es tan genial como podría esperarse, en especial por la playera que ocupa Cristo, con el logo de Depeche Mode y la canción “Personal Jesus”.
Es una lectura divertida, y los poderes de Jay de hacer que la gente en su presencia no solo no pueda, sino que muestre su verdadero ser lo quiera o no, dan las mejores situaciones de la miniserie y no puedo dejar de decirlo, a pesar de ser no solo ateo, sino que odiar toda sombra de religión y cada concepto asociado a ella, Ennis trata a su Jesús con extraño respeto (para el contexto donde se mueve, claro) me recuerda al trabajo que hizo en el crossover de Hitman con Superman, ya que el irlandés también detesta y se burla tan brutalmente de cualquier superhéroe bonachón, incluso haciendo pastiches del kriptoniano para destrozarlo de las peores formas, pero cuando tocó ocupar el real Clark Kent, en vez de burlarse lo ocupó para una de las mejores introspecciones que ha tenido el azuloso.
Oscar Jiménez como dibujante hace un trabajo más que correcto dándole cuerpo a los desvaríos y locuras del irlandés; y el final es tan bueno como el de la primera miniserie, y deja la puerta abierta a muchísimas posibilidades que prefiero no sean exploradas y nos permitan a nosotros el lector imaginar que sucederá luego.
Para concluir, LAS CRÓNICAS DE WORMWOOD al completo son una perfecta introducción a la obra de Ennis como escritor ya que nos entrega una buena probada de lo mínimo que se puede esperar leyendo a este cínico y satírico hombre, y solo Preacher se me ocurre como un trabajo superior a este en el repertorio del guionista irlandés. En definitiva denle un vistazo… siempre y cuando no sean de los que se ofenden fácilmente.
Crónicas de Wormwood: 9.5/10
Crónicas de Wormwood: El último enemigo: 4/10
Crónicas de Wormwood: La Batalla Final: 9/10
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